Pienso que el sufismo y sus grandes hombres conectan con toda una serie de pensamientos y pensadores que, a lo largo de la historia, nos llevan a acceder a las cualidades superiores del ser humano, sobrepasando un estado de vulgarización vital. Desde los cínicos de la antigua Grecia hasta figuras del siglo XX, como el hombre rebelde camusiano, en todas las épocas han existido corrientes de pensamiento y acción que han sabido ver que el hombre es algo superior a lo que las sociedades humanas reduccionistas imperantes han querido mantener. El caballero de la fe de Kierkagaard (un ferviente cristiano) tiene muchas características que podrían ser atribuidas a un "modelo sufí". Temor y Temblor es un libro en el que yo veo muchas dosis de "sufismo latente". Kierkegaard reaccionó contra Hegel, creador de un sistema que se olvidaba de la individualidad y la vida concreta y que recuerda a los valores de muchos de los detractores históricos del sufismo. El superhombre de Nietzsche (ese ateo que en realidad añoraba a un Dios diferente al que predicaba su padre, pastor luterano prusiano) rebosa esencia sufí por los cuatro costados, aunque decir esto pueda parecer extraño a alguien que no sepa ver más allá de la primera apariencia de las cosas. La Genealogía de la moral, Así habló Zaratustra, etc. son libros que contienen un metamensaje que puede relacionarse muy bien con las parábolas de los grandes sufíes medievales. Si Nietzsche se hubiera deshecho del concepto rígido y rídiculo de Dios que le habían inculcado jamás habría dicho que Dios ha muerto. Dios no puede morir porque está implícito en la esencia humana, el hecho religioso es como la porpia respiración. Hasta alguien como yo, que se define no creyente, siente a Dios de alguna manera, porque en las cualidades superiores del ser humano hay una esencia que trasciende a la existencia mezquina, y al fin y al cabo acceder a ese estado es acceder a un estado espiritual trascendente. Otro ejemplo muy interesante es el de Jung, cuyo proceso de individuación e individuo individualizado recuerdan mucho al camino sufí y al sufí. En la simbología jungiana hay mucho material que parece haber sido sacado directamente de fuentes literarias y filosóficas sufíes, los paralelismos son claros y manifiestos.
Por eso mi pregunta para alguien más experto que yo en el tema es: ¿Se puede emparentar el sufismo, sin temor a equivocarse, con corrientes filosóficas ajenas al Islam? Espero vuestras amables respuestas.
Yo creo que en los tiempos que corren es deseable fomentar la única revolución posible, por otra parte inexcusable hoy día, que es la revolución interior dentro de cada hombre, aquella que le lleve a ser “aquello que no puedes ni imaginar”, utilizando palabras de Rumi. Ahí es donde enraiza mi amor por la filosofía sufí. Al fin y al cabo hasta un "no creyente al uso" como yo empatiza y simpatiza con un sufí en su búsqueda de Dios, porque vislumbro (o creo vislumbrar) la esencia verdadera del ser humano. Porque cuando se accede al punto de culminación de la naturaleza humana se es uno con quien espera, sea Dios o lo más grande que hay en uno mismo.